viernes, 10 de agosto de 2007

MPM nota


En el 2004, Mi Pequeña Muerte editó su debut, “Hospital”. Canciones melancólicas y catárticas que, por momentos, generaban climas opresivos, mostraban a una banda con potencial para crecer. Y Mi Pequeña Muerte creció, ¡y como!
Su segundo disco, “Cazador”, es un firme candidato a terminar en todos los listados de lo mejor del año 2007 ¿Por qué? Muy simple, MPM editó un maravilloso y conciso álbum de canciones emotivas pero sanguíneas, potentes y llenas de matices. Para hablar del disco, le enviamos unas preguntas a Julián Perlas, cantante de la banda.

La versión que editaron de Cazador fue la segunda que grabaron. ¿Qué cambios hubo entre la primer versión y la que finalmente editaron?
En realidad no hubo una primera versión, no llegamos a desarrollarla. La banda prácticamente se forma después de la edición del primer disco, que fue un trabajo más unipersonal, y tan emocionados estábamos con el hecho de tener por fin una banda, que decidimos rescatar ese sonido que veníamos logrando en directo para hacerlo disco. Fuimos dos días un estudio, con el ingenuo plan de grabar las canciones espontáneamente, pero nos dimos cuenta en seguida que ese material no nos representaba, que definitivamente nos cuesta grabar en un lugar que no es nuestro espacio, y que somos demasiado detallistas y obsesivos como para grabar un disco en dos días. Básicamente, si tenemos alguna virtud, no es precisamente la espontaneidad. Entonces sí, decidimos montar una sala detrás de un local que tenemos cerca de casa, lo convertimos en nuestro pequeño estudio (Patada Voladora), y nos dedicamos a grabar y grabar capas de sonidos. Como las canciones ya estaban escritas, la búsqueda fue más la creación de un mundo de fantasía diferente para cada canción. Creo que es un disco que cada vez que se escucha, aparece algo nuevo. Así pasamos cuatro meses, para darnos cuenta que habíamos logrado todo lo contrario a la idea original de grabar un disco en vivo. Por suerte, creo que la experiencia sirvió para fortalecer la personalidad musical del grupo, y darnos cuenta que nos gustan las canciones, pero más nos gusta vestirlas.
Para este segundo disco ¿tenían otras cosas que decir? ¿Sienten que hay continuidad temática con el primero? ¿Qué temas creen definen el disco?
La forma de componer no varió demasiado de un disco a otro, todos los temas empezaron con una guitarra, pero el foco se corrió de la catarsis personal y autobiográfica, para darle lugar a otras voces y personajes que cuentan sus miradas y experiencias. Con respecto a la continuidad temática, no somos una banda que tenga una explicación certera y premeditada de lo que hace, más bien nos damos cuenta de lo que quisimos decir bastante tiempo después, y con la participación de terceros que nos dan su veredicto… ¡Y terminamos creyendo que en realidad ya sabíamos que decir! Eso nos pasó por ejemplo con el nombre: una semana antes de entrar a fábrica no lo teníamos, usamos un tema del disco y ahora nos parece que otro nombre no hubiera podido tener, que funciona como hilo conductor entre todas las canciones. ¡Creo que nuestra parte inconsciente resuelve antes que nosotros!
Supongamos que tienen que describir la música de MPM a alguien que nunca los escucho ¿cómo se definirían?
Bueno, a mí me resulta imposible definirnos, la búsqueda siempre es la de escribir la canción perfecta, pero la canción desnuda no nos interesa demasiado en este momento.
El primer disco se llamó “Hospital”, este “Cazador”. Hay una actitud, desde el título al menos, más agresiva.
¿Creen que en la música se refleja eso?
Después del primer disco, al empezar a tocar como banda, automáticamente recordamos cuanto nos gustan las guitarras y el rock, que habíamos pasado por alto a la hora de grabar “Hospital”, ya sea por deficiencias técnicas o de interpretación. No sé si es más agresivo, pero sonoramente es más explosivo que el anterior, tuvimos más herramientas para lograr un sonido más potente. A nivel letras, el haber encarado las historias a través de diferentes miradas, hacen que la temática no gire siempre en torno del mismo estado de ánimo. Hay algunas voces más descarriadas que en el anterior, menos primeras personas y más observaciones hacia fuera.